Luna llena
Dicen que a algunos vuelve locos, que a otros los pone excesivamente cariñosos, que los perros se vuelven más rabiosos... en cualquier caso, si tus ojos tropiezan con la magnética y hermosa visión de la luna llena, seguro que no podrás apartarlos de ella al instante, permanecerás unos segundos mirándola, ajeno al resto del mundo, como me pasa a mí.
Anoche hubo luna llena, y en una de esas miradas fortuitas que dedico a la ventana, me encontré con ella, tan redonda, tan brillante, tan seductora… sí, sobre mí ejerce algún tipo de magia, cuando la miro me transporta a otro mundo, un mundo en que sólo existimos ella y yo, bueno, y mis pensamientos y sentimientos más íntimos, creo que ese satélite hace que todo lo que duerme en mí aflore, de una manera espontánea, de pronto me siento más sensible, más vulnerable, más emocional, más viva… hermosa visión que daría gusto contemplar en buena compañía.
“El negro del cielo estaba iluminado por la luz de la luna, una brillante luna llena que prohibía a la noche apoderarse completamente de la ciudad. No conseguía conciliar el sueño, falta de cansancio tal vez, había tenido un día relajado. Harta de dar vueltas en la cama, se levantó, se puso una ligera bata de seda color crema sobre los hombros y se dirigió a su ventana.
La abrió sabiendo lo que iba a encontrarse, alguien le dijo dos meses atrás, por mensaje de móvil, que había luna llena, ella sabía que por las fechas hoy habría otra vez. Abrió los cristales, enmarcó su rostro con las manos, apoyándose en el marco de la ventana, y sonrió perdiéndose en aquella hermosa visión.
Por su mente empezaron a aparecer imágenes de esa persona que últimamente ocupaba muchos de sus pensamientos, incluso algunos de sus sueños, y su sonrisa se agrandó. No entendía demasiado bien cómo había empezado, pero estaba ocurriendo, su corazón volvía a latir ilusionado, por sus venas la sangre fluía intensamente, y su estómago se estremecía con su cercanía, al escuchar su voz o sentir el roce de su mano.
No se había atrevido a decirle nada todavía, cuando alguien le gustaba se volvía muy vergonzosa, pero una parte de ella le pedía a gritos que se lo dijera, quería probar sus labios y comprobar que todo lo que sentía no eran sólo fantasías, que eran sentimientos reales, humanos. Sus ojos negros brillaban por el reflejo de la luna, los cerró un instante mientras gritaba en su mente ese nombre, anhelando que su voz interior llegase hasta la persona que le enseñó lo bello de mirar el cielo una noche de luna llena.”
La Luna, que puedo decir de la Luna, vieja y ancestral, la bella guardiana de la noche, que gira dulcemente alrededor de la tierra, mientras descansa el astro dorado que rige durante las mañanas nuestra tierra. La protege un fiel manto de estrellas cada noche. Fiel compañera de locuras, guardiana de los secretos de mas de un corazón. Así la considero que es. Así es. La Luna.
ResponderEliminarBesos
Me han encantado tus palabras... estoy de acuerdo, yo tb la veo así.
ResponderEliminarBesos.